Hoy os traigo una receta facilísima y rapidísima que me enseño mi tía Tere hace varios años ya y con la que descubrí el queso mascarpone (qué gran invento...). En cuestión de unos pocos minutos podéis disfrutar de un delicioso TIRAMISÚ.
La receta original llevaba también un chorrito de licor de amaretto en el vaso de café, pero como a mi no me gusta el licor, nunca se lo hecho.
Lo bueno de este postre es que podéis consumirlo justo después de prepararlo, aunque la verdad es que está mejor si lo dejáis unas horas en el frigorífico para que la crema coja "cuerpo".
Por cierto, algo muy importante a tener en cuenta cuando hagáis este postre, es que lleva huevo crudo, con lo cual debe ser lo más fresco posible.
Por otro lado, este postre lo hacía mucho en cumpleaños o reuniones familiares, con lo cual cuando venían niños, cambiaba el café por leche con colacao o batido de chocolate y así ellos también podían comerlo. Evidentemente no sabe igual, pero es otra opción para prepararlo.
Alguna vez he probado a sustituir los bizcochos de soletilla por pan de leche, sobaos o cruasanes, y queda mejor con los bizcochos.
Bueno, como os decía al principio, es una receta bastante fácil, pero si alguien tiene alguna duda, ya sabéis, a preguntar...
Un besito y espero que os guste.
CHAO!!
